Hace años estuve
en el velatorio de tres amigos, que fallecieron juntos en un accidente de
tráfico. Nunca olvidaré el dolor de las madres junto al féretro de sus hijos.
Allí comprendí la profundidad y grandeza que tiene la maternidad. Lo recordaba
al saber que, en la Comunidad de Madrid, acaba de aprobarse una medida para
prohibir que se dé información favorable a la vida del niño aún no nacido,
junto a las clínicas abortistas. Unos valientes, que saben muy bien que pesa
menos un hijo en los brazos que encima de la conciencia, han venido haciendo
desinteresada y respetuosamente esta iniciativa durante muchos años. A partir
de ahora les será más difícil, pues pueden enfrentarse a multas y penas. En
España se habla constantemente de democracia libertades y, sin embargo, van
apareciendo señales de dictadura intentando tapar la boca de los que defienden
la dignidad de la mujer y del hijo que lleva en su seno.
José Ignacio
Moreno Iturralde