martes, 9 de julio de 2019

Tiempo, persona, eternidad.

La historia es todavía más interesante cuando se conecta con el presente y nos da ideas para el futuro. El pasado puede ser significativo, pero no basta para vivir. El presente puede concentrar nuestra atención, pero la panorámica del futuro lo enriquece. El futuro es fuente de libertad, de preocupación o de alegría. Pasado, presente y futuro se conectan en el espíritu humano, como ya explicó Agustín de Hipona. La eternidad, para los hombres, puede ser una especie de superación integradora de pasado-presente- futuro, algo que de alguna manera vivimos ya, aunque no sea plenamente. El cristianismo, al plantearnos el tiempo conectado con la vida eterna, es capaz de llenar las más profundas aspiraciones de las personas humanas.


José Ignacio Moreno Iturralde

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