viernes, 2 de agosto de 2019

Creer en Dios y estar en forma



Conocemos las cosas por sus formas o naturalezas; por ejemplo: entendemos lo que es el fuego sin que nos arda la cabeza. Nuestra forma o naturaleza tiene esta capacidad intelectual e inmaterial. Los seres humanos no hemos hecho ni las formas de los seres de la realidad, ni la nuestra propia. Por tanto, un ser en cuya naturaleza exista una perfecta identificación entre su ser, su pensar y su querer -es decir: un ser con capacidad de crear- es quien ha podido sacar a la existencia la realidad que vemos constantemente. La naturaleza o forma de Dios posibilita la existencia de la nuestra. Sin la forma divina no podríamos ni existir y, por tanto, ni pensar.

Estar en forma no se logra solamente haciendo un saludable ejercicio físico; también consiste en saber qué forma tenemos, y actuar en consecuencia.



José Ignacio Moreno Iturralde

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